Obstinarse en huir de un cerebro en llamas
es como vivir la quietud del dinamismo
Vivir de la duplicidad, en su lucha fratricida,
y morir, siempre morir, en algún lugar ajeno,
donde la cobardía son las cadenas
que arrastra la discordia, calle abajo.
5 comentarios:
Me gusta. Morir en un lugar ajeno. Como siempre ocurre.
Te sigo, me ha gustado mucho lo que pones en datos personales. Respecto a esta entrada...me quedo con lo de "Obstinarse en huír de un cerebro en llamas..." quizás deba plantearme ciertas cosas después de leer eso.
¡vaya si que me gusta! un abrazo
No me gusta. Primera regla (descortés) de los comentarios.
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Leo. Releo. Y cada vez encuentro una cosa distinta.
Me gusta... mucho!
Saludos!
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