Me estallas aquí (entre mis cejas). Mi cabeza inundándose más rápido que los camarotes del Titanic; los músicos dejaron de tocar hace un tiempo en mi cubierta, (nos dan por perdidos). Fukushima por mis venas, (devastadora fusión del núcleo). Todo este cuerpo blandengue y vulnerable es el Auschwitz que nos ha quedado. Me levanto. Inicio el ritual en el que me fumo un cigarrillo y tacho en el calendario (con una mezcla incomprensible de saña y abatimiento) el día que inicio.
1 comentario:
Hay días así. En los que todo estalla, resuena o rebota.
Sigues ahí?
Saludos!
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