NO ME LEAS



NO ME LEAS

Así funciona la primera ley fundamental de seducción. Yo te digo que no me leas, y aquí estás. Pero es que si voy a más y te digo que no te interesa nada de lo que te voy a contar, que esto no es para ti y que lo dejes ahora mismo seguirás atado a estas líneas hasta que las acabes. Porque si me haces caso y no lo lees, las dudas te asaltarán (¿y si al final decía algo interesante? ¿y si en realidad era para mi? ¿y si no lo era, qué les dice a los demás?
¿y por qué ha considerado que no era para mi?) y serán mucho más difíciles de soportar que el tiempo que tardarás en leerme.


Risto Mejide


31 de enero de 2009

fin

Tengo el alma en coma y tecleo con parsimonia. Las palabras me pesan como los años y hasta ligero me parece una palabra apesadumbrada. Mis dedos precancerosos son débiles ahora que no guardan cobijo y la fachada de mi vida empezó a quebrar con el primer toque de campana. El reloj marca la una. Nunca me ha gustado la una, me parece una hora demasiado solitaria. Reflexiono. Siempre me he preguntado cuáles fueron mis primeras palabras cuando aprendí a hablar y cuáles van a ser las últimas. Simplemente, fin.

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