Alza las manos al cielo, sorprendido esta vez, por lo lejos que ha logrado lanzar la pelota. Se siente el rey del mundo. Más vivo que cualquier otro. El mejor de entre sus diminutos amigos. Busca mezclar su mirada con la de su madre, pretende dejar constancia de su gran logro. Los dos se sonríen. Yo lo miro. Tras mis ojos de cristal. Lo observo. Lo quiero; y pienso, que apenas debe alzar medio metro del suelo.
Me pregunto si conoce por qué se le ha ido cayendo el pelo.
Quiero veros llorar, ridiculizar al mar. Quiero ver mermadas vuestras necesidades más primarias. Quiero que sintáis el dolor y lo transforméis.
El niño se apresura a recoger la pelota y la vuelve a tirar como si la vida le fuera en ello, sin saber, que ésa puede ser la última vez que vuelva a tirar una pelota.
5 comentarios:
leucemia.
Leucemia o no leucemia, persiste el derecho a sentirse el rey del mundo. Hoy mezclas rabia y fragilidad.
Tan frágil como un vaso crujido.
Besos.
Me gustaría haber estado en el momento de tu inspiración.
(:
¿Porque el rey del mundo es el último día que tira su pelota?
He visto a muchos niños en el hospital.
Un beso
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